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Bobby Bonilla: El Hombre del Primero de Julio Grande de Puerto Rico

Bobby Bonilla

El poder de las redes sociales combinado con la ausencia de béisbol quien pensó que un
ex- pelotero como dicen hoy día iba romper un primero de Julio el internet. Ese se llama Bobby Bonilla.

Para muchos ‘Bobby Bo’ es ese pelotero que todavía cobra un cheque de $1.19 millones de los Mets de Nueva York y seguirá colectando anualmente por 15 años más. Para refrescar la memoria, Bonilla llegó en 1999 a un acuerdo financiero con la gerencia de los Metropolitanos cuando lo dejaron ir como agente libre. En aquel momento la deuda que tenían con el era de $5.9 millones y pidió fuera diferida hasta el 2035. A la cantidad adeudada Bonilla fue más allá en su negociación que ademas de lo adeudado le tenían que sumar anualmente un interés de 8% por costo de vida.

Para unos el mejor contrato firmado por un pelotero en los últimos treinta años y para otro el más ridículo dado por una organización. Cada cual con su opinión pero hay que respetar que por un lado aseguró muy bien el resto de su vida y por otro lado abrió puerta a muchos contratos de forma diferida que todavía se le pagan a otros que hace mucho tiempo también están fuera de los diamantes.

Lo que nadie cuestiona es porque tanto billete. Muchos han olvidado más allá de su hoy gran pago su tajo en los diamantes.

En nuestra andanza encontramos de 1989 una columna vuestra escrita para El Vocero de Puerto Rico si era el año que dos jóvenes que cautivaban a Puerto Rico entero tenían el chance de ser algún día Jugador Más Valioso en las mayores. En la columna nos referíamos en la Liga Americana a Rubén Sierra y en el circuito nacional a Bobby Bonilla.

Bonilla, quien lo conocíamos de jugar en la liga invernal con San Juan y Mayaguez, siempre nos dejo saber su gran querer de su sangre boricua y su deseo de llegar lejos en las mayores. Para 1988 jugando a tiempo completo con los Piratas de Pittsburgh el nacido en el Bronx no solo se convertía en una luminaria en la ciudad acerera sino también en todo el béisbol mayor.

En innumerables entrevistas Bonilla siempre dejó saber que la gran mayoría de sus éxitos eran gracias a “su papá” Jim Leyland. Ciertamente sin entrar en detalles en esta columna, Bonilla tuvo sus mejores años con los Bucaneros bajo su querido manda más. 

Bonilla entre 1988 a 1991 fue cuatro veces Todo Estrella, tres veces Jugador del Mes y tres veces Bate de Plata. Más, en cada campaña recibió votos para Jugador Más Valioso. Sus dos más cercanos a tan gran honor fue en 1990 que llegó segundo detrás de su compañero y gran amigo de equipo Barry Bonds y en 1991 arribó tercero en la votación.

Al final de la temporada 1991 Bonilla entendía que debía ser mejor pago y no tenia que demostrarle más a los Piratas. Ese invierno dio el gran batazo al lanzamiento de los Mets al convertirlo en aquel entonces el mejor jugador pago en toda las Grandes Ligas con un contrato de $29 millones por cinco años. Su promedio salarial de $5.8 millones se convertía en aquel entonces uno inimaginable como cifra ‘record’.

Para refrescar la memoria, en aquel entonces el mejor pago promedio lo era los $5.3 millones de Roger Clemens con los Medias Rojas de Boston y el mejor contrato global lo era de $23.5 millones de José Canseco con los Atléticos de Oakland. En una travesía al tiempo Bonilla era el hombre del momento. Piénselo, al presente José Altuve, Miguel Cabrera, Manny Machado, Nolan Arenado y Albert Pujols ganan sobre $29 millones en una temporada.

En viaje raudo por el tiempo Bonilla no fue el mismo con los Mets y en 1995 a mediados de temporada fue canjeado a los Orioles de Baltimore. Con los Orioles su estadía fue de una campaña y a finales de ese 1996 tomo rumbo para jugar con los Marlins de Florida.

Nunca olvidamos cuando Bonilla dejo saber una y otra vez que su razón de jugar con Florida era meramente volver a jugar para Jim Leyland y dar lo mejor de si para obtenerle a su estimado dirigente el campeonato que nunca obtuvo en la franela de Pittsburgh. La historia nos dicta que un jonrón suyo en el séptimo y decisivo partido frente a los Indios de Cleveland en la Serie Mundial de 1997 cambió el juego y los Marlins de Florida eventualmente ganaron el partido y obtuvieron su primer campeonato mundial en su historia.

Para Bobby Bonilla fue su única sortija campeonil en Clásico de Otoño. En 1998 fue canjeado por los Marlins a los Dodgers de Los Angeles y después de varios equipos en el 2001 colgó sus ‘spikes’ vistiendo la franela de los Cardenales de San Luis. Su carrera de 16 temporadas cerró con .279 de promedio, 287 jonrones con 1,173 carreras impulsadas. 

Hoy es hoy y en aquella época cuando ni se soñaba con los “dream team” siempre apuntaba que la primera base de ese conjunto de Puerto Rico si podía ser realidad tenia que ser Bobby Bonilla. Precisamente su nombre lo rubrique en columnas de la época para publicaciones en Puerto Rico y los Estados Unidos de aquel sueño que no fue que para los Juegos Olímpicos de 1992 de Barcelona jugaran los grandes ligas.

En la ciudad de Pittsburgh ni en Miami sus asiduos nunca lo han olvidado. Fueron en ambas ciudades sus mayores triunfos en el terreno. En el presente es más recordado por su maña financiera que por cierto para los curiosos de los billetes el acuerdo de los Mets no es el único. No hay “Día de Julio Primero de Bobby Bonilla” pero de su estadía con los Orioles de Baltimore recibe también un cheque de $500 mil anualmente que se extiende hasta el 2029.

Bobby Bonilla siempre recordado debería ser por su faena en el terreno de juego y al menos cada primero de Julio su nombre será noticia como quien una vez fue el mejor pago en todas las Grandes Ligas.